Suelo radiante

Se dice que el suelo radiante tiene su origen en el Hipocausto, un sistema de calefacción inventado por los romanos que utilizaba un horno de leña para generar energía térmica. De ese modo se hacían pasar los humos por un “falso suelo” para distribuir el calor por toda la estancia. Los restos más antiguos se encuentran en Olimpia y pertenecen al siglo 1 a.C,

Hoy en día cuando hablamos de suelo radiante nos referimos a un sistema de tuberías que van colocadas por debajo del suelo y por las cuales circula agua caliente o fría, según la temperatura deseada.

Por otro lado también existe el hilo radiante o suelo radiante eléctrico que consiste en un conductor eléctrico por dentro del suelo que emite energía térmica. El sistema por suelo radiante eléctrico ha quedado en desuso por el alto consumo eléctrico y la poca eficiencia energética.

¿Cómo funciona el suelo radiante?

suelo radiante
A diferencia de como se suele pensar, el suelo radiante puede usar cualquier sistema de calentamiento de agua como bombas de calor, calderas o incluso energía solar. Una vez calentada el agua, esta recorre todo el circuito instalado por debajo del suelo incrementando la temperatura de la estancia.

La temperatura del agua que recorre las tuberías nunca sobrepasará los 29ºC, ya que de lo contrario, podría provocar problemas circulatorios en los integrantes de la vivienda.

Cabe decir que también se puede utilizar para refrescar pero no es tan efectivo, ya que depende del punto de rocío por la posible formación de condensaciones en el interior pudiendo causar graves problemas en la instalación.

Ventajas y desventajas del suelo radiante

Las principales desventajas del suelo radiante son:

  • Lenta y costosa instalación, ya que hay que cubrir todo el suelo con las tuberías y luego instalar el suelo encima. Esto supone tiempo y costes elevados, es por eso que se suelen instalar en edificios de obra nueva.
  • Son lentos en calentar una estancia: Los suelos radiantes suelen tardar bastante en calentar las estancias desde cero. Es por eso que en la mayoría de ocasiones vienen acompañados de sistemas de control inteligentes dejando los termostatos convencionales atrás.
  • Difícil acceso para las reparaciones.
En cambio, las principales ventajas son:

  • Estéticos: Los suelos radiantes no se ven, por lo que son mucho más estéticos que cualquier radiador en la pared.
  • Eficiencia energética: Como la superficie radiante es mucho mayor, el sistema no necesita incrementar tanto la temperatura del agua como en un radiador convencional. Normalmente esta temperatura esta por debajo de los 50º C. Por lo tanto, habrá un ahorro en energía y en factura final. 11
  • La repartición del calor en las estancias es mucho mejor, no se centra en un radiador, sino que puedes notar la misma temperatura en todas las estancias por igual.
  • Ideales para niños puesto que no tendrán el riesgo de quemaduras como pueden tener en otros sistemas de calefacción.

Precio y consumo del suelo radiante

La instalación del suelo radiante suele rondar los 70€ por m². Así pues, en una vivienda de 100m² podría tener un coste de entre 6000€ – 8000€. Por lo tanto, la instalación es más costosa que una de radiadores verticales.
Si lo que buscamos es un bajo consumo energético, el suelo radiante por agua es una de las mejores opciones ya que consume entre 10% y 30% menos de energía que un sistema convencional.

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